Severino Varela, más conocido como “La Boina Fantasma”, llamado así por la costumbre en usar la misma en cada una de sus presentaciones.
«El Gallego», como también se lo conocía, nació en la ciudad de Montevideo el 15 de setiembre de 1913, falleciendo en la capital oriental el 29 de julio de 1995 a los 81 años.
Este gran delantero hizo su aparición en el Club River Plate (en sí lo hizo en el club Olimpia previa fusión entre éste y Capurro), en el año 1932 jugando hasta 1934, para la temporada 1935 desemboca en el Club Atlético Peñarol.
Con los carboneros logra el primer cuatrienio del fútbol uruguayo, entre los años 1935 y 1938.
Su primer pasaje por filas aurinegras llega hasta el año 1942 cuando alegando una merma en su rendimiento lo bajan de categoría. Es ahí que genera el interés por el conjunto de Boca Juniors de la República Argentina, 38.000 pesos y la cesión de dos jugadores, Severino cruzaría el charco. Contaba ya con 30 años. Boca Juniors quería parar a su archirrival, River Plate, que venía de dos campeonatos seguidos e iba en busca de del Tri Campeonato.
De a poco, Severino se fue convirtiendo en referente de la institución y el reconocimiento de «La 12», lo buscado por la institución de La Ribera fue conseguido: Boca Juniors fue Campeón del Torneo del año 1943, repitiendo al año siguiente.
A todo hincha le gusta los jugadores que hacen goles al rival de todas las horas, y Varela no fue la excepción. De los seis encuentros clásicos, anotó en cinco oportunidades.
Uno de ellos le valió el mote de «La Boina Fantasma». Fue en el año 1943, cuando el 29 de setiembre anota de cabeza, tirándose de «palomita» y casi desde el piso, por el segundo palo, detrás de los defensores, le marcó a los «millonarios». Triunfo 2 a 1, los dos goles fueron anotados por él.
En Boca Juniors jugó 74 partidos convirtiendo 46 goles, remató 14 penales, anotándolos todos.
De los tres años que Severino Varela jugó en el club xeneize, en dos de ellos obtuvo una licencia especial en su trabajo, sin goce de sueldo, viviendo en el vecino país, pero esto no pudo ser para su tercer año, teniendo que viajar los lunes a Montevideo, regresando los viernes a Buenos Aires a través del Vapor de la Carrera.
Estuvo a punto de volver a Boca Juniors en el año 1949 cuando el equipo auriazul cumpliendo una de sus peores temporadas estuvo a punto de perder la categoría. Severino a causa del amor por el equipo se ofreció a jugar gratis para ayudar a que eso no ocurriera, los dirigentes no aceptaron, y Boca al final no descendió
Para el año 1946 regresa a Peñarol para disputar dos temporadas, culminando su carrera futbolística en el conjunto de Sud América en 1948.
Con la camiseta Uruguaya logró el Sudamericano del año 1942 disputado en nuestro país, ostentando a su vez hasta nuestros días el galardón de ser el máximo anotador celeste en torneos continentales con 15 goles (5 goles 1937, 5 goles en 1939 y 5 en 1942).