El Gol Olímpico es una denominación tan natural e incorporada en el lenguaje futbolístico que poca gente se lo cuestiona.
Siempre que un jugador marca un gol desde el córner, se le denomina que fue «olímpico».
Es una denominación tan natural e incorporada en el lenguaje futbolístico, que no solo nadie cuestiona ese término, como así también mucha gente no conoce el propio origen.
Nos tenemos que retrotraer al año 1924 en un partido amistoso disputado en la ciudad de Buenos Aires, en el escenario del club Sportivo Barracas, donde se verían las caras las selecciones de Argentina y Uruguay.
«Los celestes» venían de ser los flamantes campeones Mundiales/Olímpicos en los Juegos de París, en el Estadio de Colombes, cuando derrotaron el 9 de Junio de aquel año al combinado de Suiza por 3 a 0.
La International Board en junio de ese año, había habilitado que el córner podía ejecutarse de forma directa, antes era indirecto, y por ende, si al patear, el balón ingresaba al arco, sería un gol totalmente válido.
Pero volvamos a la tarde del 2 de Octubre (en sí se había comenzado a jugar el 20 de setiembre, pero fue tanta la gente que fue a presenciar el encuentro, que hubo invasión y a los 4 minutos de iniciado el encuentro se suspendió), para la jornada de octubre se había colocado un alambrado que cercaba el terreno de juego, el cual se denominó «Alambrado Olímpico».
El minuto que pasará para la historia, fue el 12, cuando el jugador de Huracán, Cesáreo Onzari ejecutó el tiro de esquina en el cuál, el balón entró de manera directa en el arco defendido por el uruguayo Andrés Mazali, el resultado final fue con victoria local por 2 a 1, pero ese histórico tanto paso a la posteridad por habérselo hecho a los «Olímpicos» uruguayos, y a partir de ahí el mundo entero y por los años de los años, llamará a cada gol que viene tras la ejecución de un córner, como un «olímpico».
En sí, cuenta la historia que el primer gol que se registra desde un tiro de esquina, lo marcó Billy Aston, del club Saint Bernard’s, a Albion Rovers, en un partido de la Segunda división de Escocia, el 2 de agosto de 1924, pero sin lugar a dos lecturas, el que quedará en los registros universales, más allá si se marcó después, fue en el encuentro entre uruguayos y argentinos.
La paradoja del destino, en lo que respecta a los campeonatos mundiales, hasta el momento sólo se ha marcado un «olímpico» y éste lo recibió, el que para muchos ha sido el mejor arquero de la historia del fútbol, el ruso, Lev Yashín, fue en Chile 1962, el autor del histórico gol fue el colombiano Marcos Coll, el partido terminó 4 a 4 entre soviéticos y colombianos.
Escribe: Juan Pablo Taborda