Julio César Morales nació en Montevideo el 16 de Febrero de 1945. Delantero por la punta izquierda. «Cascarilla» contaba con una zurda privilegiada con la que le pegaba a la pelota con una calidad extrema y lograba disparos impredecibles para los arqueros.
Debutó en 1961 con apenas 16 años en el primer equipo de Racing, equipo en el que permaneció por tres temporadas.
Posteriormente, Nacional se hizo con sus servicios en 1965 y, con la blusa alba, Morales salió campeón de todo lo que disputó. Ganó cinco títulos uruguayos (1966 y el tetracampeonato de 1969-1972). Copa Libertadores y la Intercontinental en 1971. Además de la Copa Interamericana de 1972.
Jugó un total de nueve temporadas en su primera etapa en Nacional que finalizaría en 1973 cuando fichó por el Austria Viena. El club de la tierra de Mozart.
Una lesión antes de su debut le ocasionó a Morales un comienzo un tanto conflictivo que le hizo manejar la posibilidad de retornar a Uruguay. Sin embargo, una vez que se recuperó del desgarro, comenzó a ser figura en el equipo austríaco al punto de colocarlo por primera vez en la historia en una final europea. La misma sería la final de la extinta Recopa de Europa en la que el equipo vienés perdió 4-0 ante el Anderlecht de Bélgica.
Las ocho campañas en el conjunto austríaco lo llevaron a ganar dos ligas locales (1976 y 1978) y dos copas nacionales (1974 y 1977).
A su vez, cuando ya se maneja su partida del fútbol austríaco, le ofrecieron un cheque en blanco, pero él ya tenía decidido volver. Fue así que el «Pele blanco», como llegaron a denominarlo, cruzaría el «charco grande» para volver a Uruguay.
Por aquella época existió una versión en la que Peñarol era el equipo en el que jugaría Morales. Según la leyenda, el club aurinegro no lo fue a esperar al aeropuerto y una jugada rápida del por aquel entonces presidente tricolor, Miguel Restuccia, hizo que firmara con los albos.
Retornó en un año clave para Nacional. Con dos goles suyos en un recordado clásico por la Liguilla de 1980, el tricolor clasificó a la Copa Libertadores de ese año (impidiéndole la clasificación a Peñarol) y logró nuevamente la «Triple Corona» (Campeonato Uruguayo, Copa Libertadores y Copa Intercontinental). Se retiró en el año 1982.
Con la camiseta celeste jugó 24 partidos, anotó 11 goles. Se consagró Campeón de la Copa de Oro 1980-81. En dicho torneo, convirtió un gol de penal ante Italia (con el que abrió el camino de la victoria que luego cerraría Waldemar Victorino), al golero del Inter de Milán, Ivano Bordón. De esta forma, Uruguay clasificó a la final del certamen en la que enfrentó a Brasil al que venció por 2-1 el 10 de enero de 1981.